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Un día, dice Santa Margarita María, la Santísima Virgen me hizo ver el "Sagrado Corazón de Jesús como un Manantial de agua viva, de donde salían cinco canales que corrían con grande complacencia, en dirección a cinco corazones que había escogido para llenarlos de esta divina abundancia".
Así parece que se le mostraron a la amante del Corazón de Jesús los cinco Patronos celestiales colocados a la cabeza de la Guardia de Honor.
Cada uno de ellos puede ser considerado como el modelo y el guía especial de cada una de las ramas de que se compone la gran familia católica.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón, reúne bajo el piadoso Estandarte de las Vírgenes, las Esposas y las Madres; eleva hasta el heroísmo este sexo débil y tímido, y lo hace triunfar para gloria el Rey de los corazones.
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San José, llama bajo esta Bandera a los valientes cristianos de todas las condiciones, al Magistrado, al Obrero, al Estudiante, al Agricultor, al Soldado, y los coloca alrededor del Real Corazón de Jesús para que se asemejen a "Aquellos sesenta Bravos de entre los fuertes de Israel, que rodeaban el lecho de Salomón, todos muy experimentados en la guerra e invencibles en el peligro".
San Francisco de Asís, conduce la Brillante Escolta de las Órdenes religiosas en el gran combate del amor.
San Francisco de Sales, toda la Jerarquía Eclesiástica.
Santa Margarita María, la multitud de desheredados, pequeñuelos y desgraciados que sobreabundan en la tierra.
Así avanza, en buen orden, bajo el mando de sus nobles jefes, la Santa Milicia de la Guardia de Honor.
Intende, propere, procede et regna.