El Sagrado Corazón de Jesús, símbolo de su Caridad infinita, he ahí el motivo esencial que la Guardia de Honor propone a las adoraciones de sus Asociados, considerándole sin embargo, bajo un aspecto especial: El Sagrado Corazón Herido, dando por la efusión de su Sangre, el último testimonio de su Amor. Adoramos, pues, a este Corazón Divino, herido visiblemente por la lanza, en el árbol de la Cruz, y herido después invisiblemente cada día por el olvido, la ingratitud y los pecados de los hombres.

 En la primera imagen dibujada por Santa Margarita María y presentada a la devoción de sus novicias había escrito en la misma Herida del Corazón de Jesús, la palabra "CHARITAS", resumía la misión que Nuestro Señor acababa de confiarle: la de hacer llegar al mundo entero estas palabras asombrosas salidas de la boca de un Dios: "He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, que nada ha reservado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor".

 Pero muchas almas parecían detenidas únicamente en la contemplación del amor infinito que revelan estas divinas palabras, no habían sondeado la profunda Herida hecha por ese mismo amor en el Corazón de Jesús; hecha invisible, cuya Llaga visible abierta por la lanza, no era sino el símbolo.

 Y así la Guardia de Honor ha querido fijar la atención sobre el Corazón de Jesús, traspasado por la lanza del soldado, y agrupar almas reparadoras en torno al Corazón Herido.