Evangelio
“Entonces les dijo esta parábola. «¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las 99 en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión.”
(Lc 15, 3-7)
Meditación
A la fiesta del Corpus la sagrada liturgia añade, como una prolongación de la misma, la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El objeto de esta fiesta es el Corazón de Jesús, es decir el Corazón físico del Hombre Dios -junto con la divinidad y humanidad de Jesús-, considerando como un miembro vivo y unido al todo orgánico. El Corazón corpóreo de Jesús, como símbolo y expresión del amor de Cristo a los hombres, manifestado sobre todo en la redención por la cruz y en misterio de la Santísima Eucaristía: he aquí el verdadero objeto de esta fiesta. Veneramos el Corazón de Jesús como símbolo y manifestación de su amor hacia nosotros. Honramos el Amor de Jesús hacia nosotros en el símbolo de su Corazón físico.
• ¿Por qué ha manifestado el Señor su Misericordia con nosotros? ¿Cuál es la raíz más profunda de la Misericordia de Dios y de Jesús para con nosotros?
“Dios es Amor” (1Jn 4, 8). Jesús es Dios. Es pues el Amor mismo. Su esencia es Amor. Sus sentimientos son Amor. El Amor con que Él nos ama no puede ser expresado en palabras, y ningún entendimiento creado es capaz de comprenderlo.
• ¿Qué significa, pues, el culto del Sagrado Corazón de Jesús?
Significa nuestra fe, ciega, inquebrantable, en la Misericordia y en el Amor infinito de Nuestro Señor.
Fuente:
¡Sed Luz! Meditaciones Litúrgicas para los Domingos y Ferias del Año Eclesiástico.
Benito Baur O.S.B.