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Los Guardias de Honor tienen una parte muy principal en la distribución de las Hojas de este Árbol de Vida. A ellos pertenece como un deber dar curso a los Billetes Celadores que se sacan por suerte. El bien que producen estas hojitas vivificadas por la unción del divino Corazón, es incalculable.
Como lo indica su nombre, los Billetes Celadores estimulan, animan y dirigen los esfuerzos del Asociado en el intervalo de una reunión mensual a otra. Es como la consigna emanada del Corazón de Jesús y dirigida a cada Guardia de Honor. Todos tienen un título, una práctica, una aspiración, y con las tres cosas pueden los Socios alimentarse en la oración, en el trabajo y en la Hora de Guardia.
Se ha observado que algunas almas, privadas de toda dirección espiritual, han sido sostenidas, iluminadas y dirigidas por el sólo apoyo del Billete Celador sacado mensualmente. Aceptados con espíritu de fe y como recibidos de manos del Señor, meditados y reducidos a la práctica, dan al alma un alimento invisible; es el Maná oculto de la Asociación, maná sustancioso y divinamente apropiado a las necesidades de todos.
La oportunidad de estos billetes suele ser notable. No parece sino que están escritos para las necesidades particulares de cada uno. Dos ejemplos entre mil: Un impío tomó un billete de estos con intención de reírse de él. Saca el número 8: "El alma salvada por el Sagrado Corazón"; su conversión fue instantánea. Una celadora murió el primer Viernes en la Hora de Guardia (gracia que se ha concedido a gran número de Socios); en la mañana el billete que había sacado tenía por título: "El alma llamando a la puerta del Sagrado Corazón". Después de esto es fácil comprender que la distribución de los Billetes Celadores, aunque no es obligatoria, debe hacerse con regularidad, es decir, cada mes.
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Los Billetes Celadores están clasificados en cuatro Series que destinan al Clero, a las Órdenes Religiosas, a los Seglares y a los Colegios.
Están acomodados a todas las profesiones, a todas las edades; tanto a la niñez como a la edad madura. En gran número de Colegios producen diariamente frutos inapreciables para el presente y el porvenir.
Cada serie contiene 33 billetes diferentes; este número es en honor de los treinta y tres años que Nuestro Señor vivió en la tierra. La serie destinada al Clero está escrita en latín.
Traducidas a todas las lenguas esparcidas por todo el Universo, estas hojitas son muy propias para vivificar, no solamente las Cofradías de la Guarida de Honor, sino solamente a las Asociaciones que profesan un culto especial al Sagrado Corazón de Jesús. Si la prensa impía circula en todas direcciones y hace penetrar en todas las clases sociales su veneno, las Hojas del Árbol de la Vida se esparcen también por todas partes con el fin de neutralizar este mal tan temible y así ayudar a sanar a las Naciones.
Distribuirlas y propagarlas lo más que sea posible es trabajar eficazmente por la gloria del divino Corazón y la salvación de las almas. ¡Ojala que la presente generación, apropiándose de los Frutos y las Hojas del Árbol de la devoción al Sagrado Corazón, recupere la inocencia y la felicidad que perdieron ¡ay! nuestros primeros padres, comiendo, a pesar de la prohibición del Señor, del fruto del Árbol de la Ciencia del bien y del mal.